La Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el día 20 de febrero de cada año como día Mundial de la Justicia Social.
La justicia social se basa en la igualdad de oportunidades y en los derechos humanos, más allá del concepto tradicional de justicia legal. Está basada en la equidad y es imprescindible para que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial y para una sociedad en paz.
La igualdad social está asociada con la igualdad de oportunidades que todas las personas deben tener para desarrollar sus talentos y cumplir sus anhelos. Defiende que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud, a una vivienda digna, a educación de calidad y a trabajos bien remunerados.
Según la UNICEF: Cuando estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente a inequidades, que pueden darse tanto en los países industrializados como en países en desarrollo. Lo que convierte estas situaciones en injusticias es que pueden ser evitadas: no se trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido provocados por personas y persisten porque mucha gente se desentiende de ellos. La decisión de promover o de negar la justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala individual, local, nacional o mundial.
Algunos conceptos:
- INALIENABILIDAD: Esto significa que no puedes perderlos porque están ligados a la existencia humana.
- INDIVISIBILIDAD: Los derechos humanos son indivisibles, interdependientes e interrelacionados, sí afecta a un@ puede afectar a tod@s.
- UNIVERSALIDAD: son aplicables, por igual, a todas las personas en cualquier lugar del mundo y sin límite de tiempo.
- RESPONSABILIDADES: A cada derecho corresponden una serie de responsabilidades. El derecho más importante, para la persona que quiere que sus derechos sean respetados, quizás sea el de sostener y promover los derechos de los otros y de asegurarse que la justicia sea accesible a todos los miembros de la sociedad.
Los derechos humanos nos igualan ante la ley porque son universales y tales diferencias individuales o sociales, debemos estar atentas antes nuestras creencias personales y/o colectivas, porque no deben ser causa de maltrato ni de desprecio.
Magdalena Hernández Salazar